Casi me da un paro cardíaco al despertar cerca a Chase,
había olvidado por completo su molesta presencia en mi cama. Tal parece que este colchón ultra
cómodo tiene el efecto de hacerte olvidar las cosas. Había olvidado todo lo que
pasó anoche o al menos pensé que fue un mal sueño.
No me malinterpretes, no odio a Chase. Sólo… me molesta
su presencia.
Abandoné la cama con cuidado para no despertarlo, me
pareció verlo babear la almohada, decidí investigar más tarde.
Luego de mi rutina normal de aseo descubrí que el
intruso se había ido y se llevó consigo a mi adorada Miss Pee.
Corrí hacia su habitación. Él no puede hacerme esto, no
después de soportarlo anoche.
-¡Devuélveme a Miss Pee!- exigí a todo pulmón
Chase sonrió con malicia y dio media vuelta
ignorándome.
-¡Te dije que la devuelvas!- volví a gritar
-¿Quién es Miss Pee?- preguntó Ian uniéndose, al
parecer los gritos lo atrajeron
-La guardé en un lugar seguro- dijo Chase al fin
-¡Chase! ¡No volveré
a dejar que pases otra noche..!-
Chase se lanzó sobre mí y me cubrió la boca con una
mano impidiéndome hablar.
A pesar de mis esfuerzos no me soltó. Ian simplemente
se retiró de la habitación sin siquiera defenderme. Finalmente mordí la mano de
Chase para que me liberara.
-¡Qué diablos te pasa!- gritó retirando la mano
-Devuelve la muñeca-
-¿En serio ibas a contarle a Ian
lo de anoche?-
-Si-
-Si alguien se entera de lo que pasó ayer, tu muñeca
pasará a mejor vida. Ni Ian, ni mi madre ¿ok? Será nuestro secreto-
-¡Eres un idiota! Por qué no me la devuelves
simplemente-
-Porque gracias a tu Miss Pee esto puede ponerse muy
divertido sabes…-
-¡Te odio Chase Marshall!- Chillé antes de salir de su
habitación
-No puedo decir lo mismo Meg- dijo copiando mis palabras de anoche.
No puedo permitir que Chase le haga daño a Miss Pee, es
el objeto más preciado que tengo. La impotencia y la rabia en mi crecen de
forma desmedida. Quiero llorar quiero golpearlo, pero cualquier movimiento en
falso contaría por la “vida” de Miss Pee. ¿Lado humano? ¡Por favor! ¡Olvida
cuando dije eso! ¡Bórralo ahora mismo! ¡Maldito hijo de… Madame! ¡Maldito mocoso consentido!
/*/*/*
La hora del desayuno llegó y no pude evitar ver con
odio a Chase a cada instante. Parecía totalmente feliz con ello.
Y aquí vino el problema.
-¿Meg podrías pasarme el azúcar?-
-No-
-Recuerda a quien tengo bajo la manga…- susurró con voz
malévola
Apreté los labios y le pasé la azucarera de mala gana.
Sonrió complacido.
-Meg, ¿Podrías prepararme un emparedado?-
Madame de inmediato levantó la mirada y la clavó sobre
mí.
-¿Todo en orden Meg?- preguntó
Chase me miraba con cara de “si dices algo… “
-No madame todo bien-
dije sin emoción en la voz
/*/*/*/*
Mucho, mucho más tarde.. /*/*/
Chase me ha
hecho pasar todo el día como su criada, haciéndole los favores más ridículos
que puedas imaginar. “Meg, tira de la cadena por mi” fue el peor de todos.
Ando muy cansada y con el cuerpo adolorido, pero lo más
herido ahora es mi ego. No puedo creer que estoy haciendo todo esto, es
ridículo. Bueno, Miss Pee merece todo sacrificio.
Chase al fin salió de la casa quien sabe hacer qué y me
dejó ordenando su ropa. Pero decidí dejar la labor para más tarde, era hora de
recuperar a miss Pee y buscarla entre todo el desastre en el que Chase habita.
EN medio de la búsqueda encontré algunos elementos llamativos:
- ü Fotografías de la secundaria donde sale Chase solo.
- ü Fotos de un lejano Halloween con un pequeño Chase disfrazado de gatito negro.
- ü Figuras de acción Star Wars (:O )
- ü Muchos discos de vinilo en su mayoría de rock y punk
- ü Ropa sucia por doquier
- ü Un viejo anuario olvidado bajo la cama
- ü Revistas Penthouse, playboy y parecidas (OMG :S)
Chase ha llegado, continuaré escribiendo luego.
/*/*En
mi habitación*/*/*
No preguntes por qué pero el anuario se me hizo muy interesante. Y
lo traje para examinarlo con detenimiento.
Aquel viejo anuario de la generación 2002 de un momento
a otro se convirtió en mi boleto para recuperar a Miss Pee, mi arma letal en
esta ridícula guerra.
Todo pasó cuando empecé a ojear rápidamente las fotos y una de ellas me llamó la atención
particularmente. Un pequeño niño con cara de ratón, gruesas gafas y ropa
ridículamente formal. Me provocaba una lástima enorme, pobre niño, ¿es que
acaso sus padres lo odiaban para tenerlo
con tal facha? Pero la sorpresa fue
enorme cuando decidí saber el nombre del desafortunado niño.
Chase Tidus Marshall, equipo de
Ajedrez
….Larga pausa mientras me ahogo con mi propia risa.
¡Es inevitable no reír! Así que el pequeño Chase Tidus era un completo cerebrito. ¡Quién lo
diría! ¡Con lo tarado que se ve ahora! Este debe ser el más vergonzoso momento
de su vida. ¿Olvidé mencionarlo? Chase también es un personaje público al igual
que su madre. Estoy completamente segura que estas fotitos en un diario de
chismes deben valer millones, tantos como para largarme de esta casa y librarme
de su molesta presencia. Eso claro, después de recuperar a Miss Pee.
¿Te imaginas la cara de Chase al ver estas fotos en la
portada de un tabloide? No puedo evitar
la maldad creciente en mí.
/*/*/*/*
un poco después/*/*/*
Sabía que estas fotos me ayudarían.
Chase entró a mi habitación tan fresco como siempre
bebiendo una lata de soda. Se sentó sobre mi cama.
-Meg, he tenido un largo día. Es hora de mi masaje de
pies-
Reí malévolamente
-¿Qué esperas? ¡Date prisa! Te recuerdo que eres mi
esclava-
-Sí, claro pero antes dime. ¿Qué te parecen estas
fotos, Tidus?-
Chase escupió la soda. Hasta me pareció verla salir por
su nariz.
-¿Dónde diablos conseguiste eso?- gritó desesperado y
con los ojos casi fuera de su lugar
-Parece que eres muy descuidado con tus cosas
vergonzosas- dije
-¿Dónde lo encontraste?-
-bajo tu cama, mientras ordenaba todo tu desastre. Me
pregunto. ¿Cuántos miles valdrán esta información y estas fotos si se las vendo
a un tabloide?-
-No Meg, tu no harías eso…-
-Tal vez con ese dinero podría largarme de esta casa y
volver a mi hogar, sería tan feliz…-
-Meg, no eres capaz de hacerme eso-
-¿No? Chase, te recuerdo que no me conoces en lo
absoluto-
-Dame ese anuario y nadie saldrá herido...-
-Lo lamento, muy tarde. Ya tengo un contacto con un
paparazzi muy interesado en tu vida...- dije mientras marcaba un número
cualquiera en mi móvil
Chase se lanzó sobre mí intentando quitarme el anuario.
Pero me lancé a la carrera escaleras abajo. Ambos pasamos velozmente junto a
Ian, quien aparentemente llevaba una bandeja con comida a la habitación de
Chase, él sólo se tambaleó y sin soltar la bandeja trató de mantener el
equilibrio a nuestro paso.
Luego de una larga y agotadora persecución decidí
detenerme.
-¡Alto! ¡Mantén tu distancia! Lleguemos a un acuerdo-
dije con la respiración entrecortada
-¿Qué quieres a cambio del anuario? Apuesto que quieres
un beso-
Ignoré su ridícula suposición.
-Devuélveme a Miss Pee, yo te doy el anuario-
-Lo imaginé-
-¿Estás de acuerdo o no?- grité amenazante
-Ok,- respondió
rendido
-¿Cómo puedo cerciorarme de que no me engañarás?-
-Será una entrega mano a mano, en quince minutos en el
jardín. Te devuelvo a tu ridículo muñeco, me das el anuario-
-Me parece bien-
Escribí todo esto en ese lapso de quince minutos,
espero de verdad recuperar a Miss Pee al fin. Pero por si las dudas tengo un
plan bajo la manga.
/*/*/*No vas a creer lo
que pasó después/*/*/
Estoy mojada, avergonzada y temblorosa. Chase pagará
por esto.
Salí al jardín tal y como Chase lo pidió. Logré ver a
lo lejos que sostenía a Miss Pee en una mano.
Estaba parado en medio del inmenso jardín verdoso con esa actitud
altanera de siempre encima.
Caminé a paso firme hacia él. No le tengo miedo.
-Bien, dame a Miss Pee-
-Tú dame el anuario
primero-
-No, no confío en ti,
dámela-
-Yo tampoco confío en ti-
-Sabes que, a la cuenta de
tres-
-Uno-
-Dos-
Pero el tres jamás llegó.
Los endemoniados riegos por aspersión se activaron de
la nada envolviéndonos en una manta líquida que nos mojó de inmediato.
Chase estuvo a punto de huir, pero lo jalé con
brusquedad.
-¡Tú no te vas sin devolverme a Miss Pee!- pero mi fuerza hizo caer a Chase al lodo, y a
mí con él ya que el muy torpe se agarró de mi mano tirándome contra el suelo
con fuerza.
La pelea en el lodo empezó, al comienzo yo tenía todas
las de ganar, hasta que Chase logró ponerme con la espalda contra el suelo
conteniendo mis manos.
-¡Basta Meg! ¡Mira lo que le has hecho a mi ropa!- gritó, a duras penas logré ver su rostro, su
ropa completamente enlodada.
-¡Dame mi muñeca!- grité
Pero la pelea fue detenida por un tercero, un ente
inesperado.
-¡Qué creen que hacen!- gritó Madame desde el pórtico
Chase y yo nos quedamos inmóviles ante la sorpresa.
Nos pusimos de pie como mejor pudimos. Avergonzados y
cabizbajos.
-Entren, aséense y luego hablaremos sobre esto- dijo
madame molesta luego entró a la casa dando pasos acelerados.
Al tomar conciencia de todo busqué a Miss Pee con la
mirada rápidamente. La encontré enterrada en lodo, sucia, y casi desecha.
-¡Chase! ¡Qué hiciste!- grité mientras me agachaba a recogerla
-¡No fue mi intención Meg!- gritó
-¡Tóma tu maldito anuario!- grité y le lancé lo que
quedaba del libro a la cara
Chase me tomó de los brazos.
-Puedes lavarla, estará bien-
-¡Déjame!- grité y quité sus manos de mi cuerpo con
furia. Entré a la casa corriendo. Con los ojos llenos de lágrimas.
Aseguré muy bien
la puerta a mis espaldas. Entré al
baño privado de mi habitación y
de inmediato me dispuse a lavar a mi querida Miss Pee. Fue incontenible. Las
lágrimas salieron de mis ojos en medio
de mi desesperación.
Al retirar todo el lodo noté que Miss Pee tenía rota
una gran área en su espalda, había perdido gran parte de su relleno, por
decirlo de forma clara para que lo entiendas… Quedó deforme.
Quería salir de mi habitación y matar a Chase,
arrancarle los ojos, el cabello. Luego me tranquilicé y pensé mucho en como
sucedió todo. Al fin y al cabo el no activó los aspersores, no fue su culpa.
Tomé una ducha de agua fría para terminar de calmar mi
ira. Deje a Miss Pee (o lo que queda de ella) sobre el tocador del baño. Me vestí como mejor pude
y me dispuse a bajar a la sala donde
Madame debería estar esperándome. Deséame suerte.
/*/*/* MALAS NOTICIAS/*/*
¿Por dónde empiezo?
Ya te habrás dado cuenta que tengo una increíble
memoria, pero lo que pasó hace unos minutos no puedo rebobinarlo, ni ordenarlo,
ni nada. Vamos con calma.
Bajé a la sala Chase
y Madame ya estaban ahí. Chase de pie frente a ella como un niño castigado, no me quedó de
otra pararme a su altura con la misma actitud.
-Jamás esperé algo así de tu parte Meg. Pensé que estarías
bien por tu cuenta, pero veo que no es así, lo de hoy… no tiene palabras. Chase,
me estás decepcionando, prometiste comportarte y tratar bien a Meg. Tu
comportamiento de hoy va en contra de todo lo que he tratado de formar en ti en
todo este tiempo –
-Lo lamento madre-
dijo Chase en voz baja pero un poco altanera
-Madame, yo…-
-Es mi culpa madre, yo estuve molestando a Meg hasta
que todo se salió de control- dijo Chase y yo me quedé sorprendida mirándolo.
¿En verdad tomaría responsabilidad por sus actos?
-Es bueno que lo reconozcas, pero eso no le quitará el
castigo a ninguno de ustedes- dijo madame
-Meg, lo lamento pero veo completamente necesario que
paces tu tiempo con Chase, desde mañana irán juntos a compartir todas las
actividades que él realiza. Será bueno para ti conocer a más personas de
nuestra sociedad y ver su forma de comportarse. Aprenderás que no es adecuado
revolcarse en el lodo-
-¡Pero madame, no puede hacerme eso, por favor!-
-Sin peros Meg, lo que digo se hace-
Crucé los brazos sobre mi pecho en señal de disgusto.
-Ya pueden irse a dormir- dijo madame y se retiró
-Meg, yo…- Chase intentaba decirme algo
-Lo siento no quiero hablar contigo- dije, di media
vuelta y volví a mi habitación.
Afortunadamente el no insistió.
Ahora sola en mi habitación podía lamentarme de todo.
Desde que llegué a esta casa mi vida es un infierno, Chase es insoportable,
Madame es demasiado estricta, la comida no tiene sabor y esta casa es muy
grande para mí. Jamás me acostumbraré a estos lujos, a estas reglas, a este
lugar. Quiero volver a casa, y ¡Ahora!
Extraño las paredes color melón de mi cuarto, mi pequeña pero acogedora casita, el ruido de
la ciudad, el sonido de la corneta del panadero, extraño todo y ahora me doy
cuenta que nunca lo valoré.
/*/*/*/ Unos minutos
después /*/*
Chase ha venido a mi habitación.
-¡Qué quieres ahora!-
-Sólo quiero saber cómo quedó tu muñeca-
-¿Importa?-
-Vamos, déjame verla-
-Ahí está – señalé la puerta del baño
Chase entró y al parecer echó una mirada a Miss Pee.
Al salir dijo:
-En verdad lo lamento Meg, esa muñeca es valiosa para
ti, debí tener cuidado-
-Basta, no es tu culpa, no planeaste meterla al lodo.
¿O sí?-
Negó con la cabeza.
-Lo ves, no eres culpable. Siéntete bien-
-Dijiste que era un regalo de tu padre…-
-Sí, lo dije, pero al parecer ya no hay nada que hacer-
-En serio lo lamento, aunque no lo creas-
-Por favor sólo vete-
-Ok. Mañana a las nueve en punto saldremos de aquí,
recuerda lo que dijo mi madre-
-¿A dónde iremos?-
-Partido de tenis-
Lo miré sin expresión en el rostro.
-Que descanses, nos vemos mañana-
-Adiós- dije
Cerró la puerta a sus espaldas.
Lamentarse no serviría de nada ahora. Tendría que
superar el ficticio deceso de Miss Pee y continuar. Pero la parte más difícil
sería pasar un día entero con Chase, necesitaba empezar mi preparación mental
ahora con unas reparadoras horas de sueño.
Hasta mañana, esperemos que mi suerte mejore.
Chase, el típico nerd que de pronto se vuelve un chico sexy y popular? Vamos, esto se pone interesante. ¿Podrá nuestra heroína recuperar su valioso tesoro? ¿Qué ocurrirá cuando Chase note que Meg encontró 'eso'? Y más importante, ¿por qué no quiere que Ian (ya que lo de Madame es más lógico) no se entere de las jugarretas que le juega a Meg? c:
ResponderBorrarjeje que será que será :) descúbralo próximamente!
ResponderBorrarMuy bueno!! Anda, pobre Meg, creo que puedo entender su enojo el muy idiota es de lo más irritante que hay. Ojalá comience a tratar bien a Meg, se merece un respiro.
ResponderBorrarEnvidiable que despertara junto a Chase. Es evidente que a él le gusta, sino no la fastidiara tanto, además se siente culpable, muy lindo. Espero con ansias que ambos dejen a un lado sus bloqueos y empiecen los sentimientos =). Un abrazo.
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