Viernes 11 de Octubre:
No
tengo ganas de nada, me siento terrible. Pero creo que si no escribo moriré en
la habitación. El dueño de Mr. Toffee
vino temprano por él, era un señor sin cabello, rechoncho y aparentemente
bonachón, así que por eso no debo preocuparme, está en buenas manos. Pero
siento que su ausencia va a afectarme más de lo que pensé. ¿A quién le daré cariño ahora? ¿Quién lamerá
mis manos? ¿Quién dejará regalitos por toda la mansión? Sobre todo. ¿Quién será
mi enlace al mundo real? Y ¿Quién será el puente entre Chase y yo? Mr. Toffee era la perfecta excusa para compartir algo con
él, pero ¿ahora qué?
Estuve
llorando desde que se lo entregué a su dueño. Ian y Chase estaban preocupados
por mí y relativamente tristes; incluso Dorothy le dio unas palmaditas en el
lomo para despedirse de él. Luego de
toda la ceremonia de despedida y de encargárselo mil veces a su amo, subí a mi
habitación a toda velocidad y me encerré. Dejo fluir mis inquietudes y mis
lágrimas en estas hojas, perdona si el papel está remojado, o si mi letra es
temblorosa, pero Mr. Toffee va a hacerme mucha falta. Adiós amiguito, no sabes cuánto
voy a extrañarte.
/*/*/*/*Por la tarde/*/*/*
Los chicos me dieron mi tiempo de “duelo” y me
dejaron sola hasta la hora del almuerzo. Casi no comí nada, apenas miré a Chase
y este parecía muy preocupado por mi falta de apetito. Da igual, eso no va a
regresarme a Mr. Toffee.
—Meg, no se ha muerto, sólo se ha
ido.
—Es casi lo mismo, jamás volverá.
Chase bajó la mirada y se concentró
en su comida, unos cuantos bocados más y se retiró de la mesa sin decir nada
más.
Luego del almuerzo conseguí algunas
revistas para pasar el rato afortunadamente la prensa ya no hablaba de mí.
Aunque mis ojos leían los chismes de la farándula mi mente divagaba en los
recuerdos de aquel perrito amoroso al que dejé ir. Tuve una idea descabellada,
debí tomar unas cuantas cosas y huir con él. Pero seguro madame me mandaría a
buscar por el FBI y me encontrarían de inmediato. Mala idea.
Justo cuando necesitaba hablar con
alguien todos estaban ocupados, o fuera de casa. Dorothy preparaba la cena muy
presurosa e Ian abandonó la mansión con el chofer con dirección al súper
mercado por unas cosas que faltaban y Chase… no sé dónde está el. Estaba más
que abandonada en la inmensa mansión. Siento que a cada minuto me hago más y
más pequeña en medio de las paredes gigantes.
*/*/*Por la noche*/*
Chase no apareció para la cena, y
mi pesar se hace más grande a cada minuto. Madame me preguntó por qué tenía los
ojos llorosos y preguntó si Chase me hizo alguna de sus jugarretas, respondí
que no, que me sentía un poco agripada. Me miró nuevamente, y me di cuenta que
aquellas que son madres siempre notan cuando alguien les miente. Siguió
comiendo en silencio algo decepcionada al parecer por que no le tenía la
confianza suficiente para contarle lo que me pasaba.
Entrada ya la noche, tenía puesto
mi pijama y tenía todo listo para dormir aunque sabía que tardaría en conciliar el sueño. Miraba desde mi ventana hacia la piscina
cuando alguien llamó a mi puerta.
—¿Chase? ¿Qué haces aquí?
—Quería darte esto.
Tendió una mano hacia mí y en ella
había un muñeco de tamaño regular idéntico a Mr. Toffee. Mi corazón se derritió, unas pequeñísimas lágrimas salieron de mis
ojos. Lo tomé entre las manos delicadamente como si fuera de cristal y lo llevé
hacia mi pecho.
Chase sonrió complacido.
—Ya sé que el Mr. Toffee de carne y
hueso no volverá, pero tienes a este para cuando lo necesites. Me pasé todo el
día buscando uno idéntico en el centro comercial.
—Gracias por el gesto, no debiste—
le dije en voz baja.
Él se abalanzó sobre mí y me abrazó
firmemente, me quedé helada y la sensación extraña en el estómago retornó de
nuevo.
—Chase, esto es extraño.
—Oh, sí, lo siento. — y se alejó de
mí avergonzado, agarrándose la parte posterior de la cabeza en gesto de no
saber qué hacer, por primera vez.
—Bueno, nos vemos mañana— dije.
—Sí, mañana, hasta entonces.
Abandonó mi habitación y yo cerré
la puerta a sus espaldas.
¿Cómo es que las cosas pueden cambiar tan rápido?
Un segundo estaba muy triste por perder a Mr. Toffee y ahora estaba con cara de
idiota sonriendo de oreja a oreja. ¿Por qué Chase? ¿Por qué a veces eres tan
tierno y a veces tan idiota?
Luego de Miss Pee. Este muñeco es
mi pertenencia más preciada.
Hasta mañana pequeño Mr. Toffee.
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No olvides comentar qué te parece para continuar la historia :)
Muuuuy lindo, conmovedor. Chase siempre muestra su lado bueno de alguna forma, cada vez le voy teniendo más fe a ese rompecorazones. Pero me pregunto, qué hará Meg cuando vea a una chica tras de él? Confirmará finalmente sus sentimientos hacia él y luchará por lo que quiere o se encerrará en la tristeza de no creerse tan buena contra una rival (imagino que sería una especie de supermodelo). Dudas, dudas y emoción. Me encantó este cap y el anterior también estuvo gracioso c:
ResponderBorrarTu admiradora, ya sabes quién soy u_ú lo de anónimo no cuenta conmigo. <3
OMG Bea claro que sí por más que diga anónimo sé que eres tu!
Borrarmuchas gracias por comentar. Me pregunto cual de tus teorías se hará realidad? lo descubriremos pronto. ^^
otra vez gracias por seguir esta historia y tenerme paciencia
Aww ese chico es una ternura andante *-*
ResponderBorrarSí, Chase cuando se lo propone puede ser muy tiernito ^^
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