Jueves 14 de Noviembre
El día empezó muy tranquilo.
Ahora que todos durmieron en sus respectivas habitaciones y sin el temor
inminente del “fantasma” los ánimos han mejorado en la mansión. Dorothy ha
preparado un delicioso desayuno de panqueques con miel y el siempre entusiasta
Ian está rebosante de energía como siempre.
Mi querido Chase está un poco
más animado también, diría que tiene esa aura divertida de los días en los que
se le antoja hacer una fiesta. Todo está
marchando de maravilla.
Chase y yo fuimos al club
deportivo como de costumbre. Pasamos un buen rato haciendo un
intento de jugar tenis, el entrenador fue bastante paciente con nosotros. (Debo resaltarlo, cualquier persona común hubiera desertado a la primera torpeza)
intento de jugar tenis, el entrenador fue bastante paciente con nosotros. (Debo resaltarlo, cualquier persona común hubiera desertado a la primera torpeza)
Me gusta pasar tiempo junto a
él, es tan divertido. Siempre encuentra la forma de hacerme sonreír aunque no
quiera, alguna ocurrencia de la nada me hace la persona más dichosa del mundo.
Como dije antes, con todo y todo Chase es el chico con quien quiero pasar el
resto de mis días.
/*/*/*/*La
hora del almuerzo/*/*/*
Chase me llevó a un restaurante
lujoso según él para festejar que nos deshicimos del fantasma y celebrar que
las cosas van bien entre nosotros.
La comida estuvo muy buena.
—Quien lo diría, eres pequeña y
delgada pero puedes comer como un camionero hambriento.
—¡Cállate! Por cierto vas a
¿comer algo de esa tarta de limón? Se ve deliciosa.
Me la dio con una sonrisa.
—Toda tuya, querida.
Así es nuestro romance, un poco
extraño pero está ahí. Existe, es tangible, se siente en el aire.
—Meg, me alegra que todo esté
bien entre nosotros.
—¿Por qué no lo estaría?
—Porque temo arruinar lo
nuestro. Como anoche.
—No pasa nada, estamos bien. Te
comprendo. Ellos llegaron a casa de la nada, te incomodaron y es comprensible
que te pusieras así.
—No es solo eso Meg, ¿Quieres
que lo acepte? Sí, estaba celoso, muy celoso. Esos gemelos diabólicos no me
inspiran confianza.
—No tienes nada que temer. El
único idiota que me gusta eres tú.
—¿Debo sentirme alagado u
ofendido?
Ambos echamos a reír, él tomó
mi mano derecha entre las suyas y depositó un beso en el dorso.
—Eres todo lo que buscaba Meg,
tal y como imaginaba.
Sentí el rubor subiendo a mis
mejillas.
Chase cuando quiere puede ser
muy romántico. El momento es perfecto.
No quiero que las cosas cambien, nunca.
/*/*/*/*La noche cae en la
mansión/*/*/*
Y tengo malas noticias. Las
cosas dieron un giro inesperado de la nada. Te lo cuento ahora mismo:
Madame volvió esta noche a la
mansión, según ella las grabaciones de la nueva película se dieron un descanso
por un par de días y estaba muy preocupada por nosotros. (MUY RARO)
No puede enterarse de lo mío
con su hijo. No es como si fuera a tomar a bien que su hijo tenga algo
romántico con la arrimada.
Para colmo de males, una visita molesta irrumpió en la calma de la
mansión.
Zigmund Kydd.
—Estimada Madame Louise, vengo
especialmente a pedir su permiso para cortejar a Meg.
—¿¡Qué!?— Chillamos Chase y yo al
unísono. Claro que él tuvo que disimularlo de inmediato.
Madame se pensó las cosas un
momento.
—¿Cuáles son tus intenciones
con ella?—preguntó.
—Quiero protegerla y si es
posible llegar a algo más serio con ella. Claro si usted está de acuerdo.
—¡Eso no será posible!— grité
interrumpiéndolo.
—¿Ah no? ¿Acaso tienes ya algún
pretendiente o novio?— una sonrisa
malvada se dibujó en su rostro mientras preguntaba.
No, el no sería capaz de
delatarme ante madame. ¿O sí?
Chase en el sillón unitario
apretaba los puños considerablemente, temía que en cualquier momento se lanzara
sobre Zigmund le diera una buena paliza.
—No veo ningún impedimento,
¿Verdad Meg?— preguntó Madame.
No me quedó otra que aceptar
esta ridiculez. Zigmund se salió con su gusto, pero juro que sólo será por esta
vez.
—Zigmund es un chico de buena
familia, con un futuro prometedor, sin mencionar que estoy muy agradecida con
su familia por ayudarme a volver al mundo de la actuación.
¡Pum! Una puñalada. Madame
discretamente me estaba pidiendo que acepte esta ridícula proposición.
/*/*/*/*/*/* Casi a
medianoche/*/*/*/*
Chase y yo nos reunimos en la escalera que lleva al
depósito para conversar de lo sucedido.
—Ese imbécil está consiguiendo
lo que quiere. Está jugando con fuego al discretamente amenazarnos ante mi
madre. ¿No seguiremos su juego verdad? Meg, le diremos mañana mismo toda la
verdad.
—¡Claro que no! Tu madre puede
echarme de la casa o hacer algo para separarnos ¿no crees? Es la peor idea que se
te puede haber ocurrido.
—¿Entonces qué sugieres?
—Nada, seguiremos el juego de
Zigmund. Estoy segura que yo no soy su principal objetivo. Él busca algo más,
estoy segura. Y vamos a descubrir qué es.
>w< ¿Qué será lo que quiere Zigmund?
ResponderBorrarDescúbralo próximamente!! ok no.
BorrarEse Zigmund tiene malas intenciones a la vista!
hoooolaaaaa!!!! yo otra vez!!!! esta vez solo diré que odio irracionalmente a Zigmund Kydd!!!!!!!
ResponderBorrarPD: Te dije que cumpliría mi promesa ;)
Jaja yo también lo odio, que inoportuno no?
BorrarGracias!! ^^
Odio a Zigmund!!! Siempre que todo va bien , tiene que ir él y estropearlo!! =(
ResponderBorrarBueno, pero la historia está muy bien!! Enhorabuena:-).
Besosss!
Gracias Lucía, ese Zig es cada vez más inoportuno hasta yo lo odio en fin xD
Borraryo tambien odio a Zigmund siempre destroza las temporadas de felicidad (no me sale la palabra que queria poner) esta genial^^
ResponderBorrarsaludos n.n
Gracias Himeko, pronto descubriremos las verdaderas intenciones de Zigmund :O
BorrarQue maldito!! Ya tenia que venir a meterse jaja
ResponderBorrarSiii Zigmund creo que es alérgico a la felicidad de Chase y Meg, esperemos no se salga con su gusto y nuestro par sigan luchando por su amor ^○^
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