Miércoles 6 de Noviembre:
Algo no pinta bien. Madame ha
vuelto de su viaje de negocios. Consiguió un papel en una nueva película y
estará filmando durante unos meses. Y resulta que quiere hacer una fiesta para
festejar su regreso a la pantalla grande y de paso presentarme ante la
sociedad. ¿Quéeeee? No necesito presentaciones y menos con esa gente tan falsa
que abunda en el medio de la fama y la actuación.
Estoy muy molesta pero como es de
costumbre no pude reclamarle nada a madame. Su sola presencia me inspira un
poco de temor. Chase tampoco parece feliz con la idea, me dio una mirada de
cansancio al oír el tema, le comprendí de inmediato.
Más tarde en el club deportivo a
solas pudimos hablar del tema.
—Se nota. No quiero ser parte de
ello.
—No puedes decirle que no. Además
quiere presentarte con la gente famosa.
—¿Habrá alguien interesante ahí?
Chase pensó un momento mirando al
cielo.
—Los amigos de mi madre, un tercio
son de su edad y otros tantos que bordean los cuarenta. Así que ya te imaginas.
—¡Qué fiestecilla!
—Pero tal vez consigas algo, un
papel pequeño en un videoclip, una aparición en una revista. Eres muy guapa,
algún caza talentos podía ponerte un ojo encima.
Me ruboricé.
—No, esas cosas no son para mí. Ni
siquiera me imagino actuando o posando. ¡Ay no!
Deslizó un brazo por encima de mis
hombros.
—Tranquila, es sólo una
posibilidad. Nadie va a obligarte.
/*/*/*/*Por la tarde/*/*/*
A pesar del tema de la fiesta y
todo ello hay algo que me preocupa más. La inesperada y rápida cercanía que he
tomado con Chase. Ahora es como si pudiéramos comunicarnos con sólo una
mirada y él está muy amable y nada
molesto desde entonces. Esto es muy raro. Quiero creer que lo que dijo la noche
de Halloween es verdad pero muy en el
fondo tengo miedo. Tengo miedo de dejarme llevar y empezar a sentir cosas hacia
Chase que tal vez jamás se hagan realidad. ¿Tú le creerías? ¿Qué harías en mi
lugar? ¡Estoy tan confundida! ¡ALGUIEN AYÚDEME!
En momentos como este desearía
tener un detector de mentiras, una bola de cristal, algo que pudiera
garantizarme los sentimientos de Chase hacia mí. Algo que indique que este no
es otro de sus juegos.
/*/*/**/* Por la noche/*/*/*
Madame llegó temprano a casa y para variar cenó con nosotros. Está de muy
buen humor aparentemente la fiesta la ha animado. Pero a la vez tiene mil
preocupaciones. Su teléfono móvil no ha parado de sonar y hasta Ian está
ocupado con las reservaciones del catering y todo lo correspondiente al evento.
Empiezo a ponerme nerviosa, creo que necesito algunos consejos de Chase,
después de todo él debe haber participado de estos eventos alguna vez.
Luego de la cena y ya en pijama
llamé a su puerta.
—¿Puedo pasar?
—Claro, adelante.
Chase estaba vistiendo un pijama
color gris de algodón con una camisera blanca con mangas grises. Tumbado en su
cama ojeaba una revista de autos.
—¿Pasó algo?
—Estoy un poco nerviosa por la
fiesta.
Se sentó en la cama viéndome
fijamente.
—No es la gran cosa. Si no sabes
qué decir quédate muda. Si mi madre te llama para presentarte con alguien síguela, sonríe y no
te acerques demasiado a esos ancianos. Algunos son un poco libidinosos.
Sonreí ante el último consejo.
—Gracias, es bueno saber que no
será tan difícil.
—¡Ánimo! ¡Tú puedes Meg! Estaré ahí
si me necesitas — terminada la frase depositó un beso en mi mejilla. Me alejé
de él tan rápido como pude.
—Gra…cias por los consejos. Buenas noches— tartamudeé
mientras escapaba de su habitación.
—Buenas noches Meg. — respondió animadamente.
Cerré la puerta a mis espaldas e
intenté mantener bajo control el ritmo de mi respiración.
No Meg, no puedes ponerte nerviosa
por eso. ¡Tienes que controlarte! ¡En que rayos estás pensando! ¿Enamorarte de
Chase Marshall? Estoy mal de la cabeza. Eso debe ser. ¿Tú te dejarías llevar?
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